Los paleontólogos han estado intrigados desde hace tiempo por cómo los dinosaurios, que originalmente eran relativamente pequeños e insignificantes en el ecosistema más amplio, evolucionaron para convertirse en la especie dominante unos 30 millones de años después. Según un nuevo artículo publicado en la revista Nature, los excrementos y el vómito fosilizados de dinosaurios podrían tener pistas importantes sobre cómo y por qué se produjo este hito evolutivo.
El coautor Martin Qvarnström, un biólogo evolutivo de la Universidad de Uppsala en Suecia, y sus colaboradores estudiaron fósiles de trazas conocidos como bromalites, una designación que incluye coprolitos, así como vómito u otra materia fosilizada del tracto digestivo de un organismo. Como se ha informado anteriormente, los coprolitos no son exactamente lo mismo que los paleofeces, que retienen muchos componentes orgánicos que pueden ser reconstituidos y analizados por sus propiedades químicas. Los coprolitos son fósiles, por lo que la mayoría de los componentes orgánicos han sido reemplazados por depósitos minerales como el silicato y los carbonatos de calcio.
Para los arqueólogos interesados en aprender más sobre la salud y la dieta de las poblaciones pasadas, así como en cómo ciertos parásitos evolucionaron en la historia evolutiva del microbioma, los coprolitos y paleofeces pueden ser una auténtica mina de oro de información. Por ejemplo, en 2021 se informó sobre un análisis de paleo-excrementos preservados que reveló que los antiguos mineros de la Edad de Hierro en lo que hoy es Austria eran aficionados a la cerveza y al queso azul.
Si un coprolito contiene fragmentos de hueso, es probable que el animal que lo excretó fuera un carnívoro, y las marcas de dientes en esos fragmentos pueden decirnos algo sobre cómo el animal pudo haber comido a su presa. El tamaño y la forma de los coprolitos también pueden proporcionar información útil. Si un coprolito tiene forma de espiral, por ejemplo, podría haber sido excretado por un tiburón antiguo, ya que algunos peces modernos (como los tiburones) tienen intestinos en forma de espiral.
Qvarnström y sus colegas estaban interesados en probar dos hipótesis competidoras sobre el ascenso de los dinosaurios al dominio desde el Período Triásico Tardío (hace 237 a 201 millones de años) hasta el inicio del Período Jurásico entre hace 201 a 145 millones de años. «Ninguna hipótesis única parece capaz de explicar completamente el ascenso de los dinosaurios y las preguntas críticas sobre cómo los dinosaurios establecieron su dinastía en la tierra siguen en gran medida sin respuesta», escribieron los autores sobre sus objetivos de investigación.
Una hipótesis cita la competencia evolutiva, el tradicional modelo de «reemplazo competitivo», como un factor impulsor, en el cual los dinosaurios estaban mejor equipados para sobrevivir gracias a fisiologías superiores, adaptaciones anatómicas y hábitos alimenticios. Alternativamente, el modelo de «reemplazo oportunista» sugiere que los dinosaurios fueron capaces de adaptarse mejor a un entorno que cambiaba rápidamente debido a procesos aleatorios: erupciones volcánicas, cambio climático u otros eventos catastróficos que llevaron al declive y/o extinción de otras especies.
Fuente: [arstechnica](https://arstechnica.com/science/2024/11/what-fossilized-dino-feces-can-tell-us-about-their-rise-to-dominance/)